Me encanta la gente que cree que la comunidad LGBTTTIQ busca convertir a los demás, o aquellos que se quejan de que estamos exigiendo demasiado al pedir mayor representación en las obras de ficción populares (películas taquilleras, series infantiles, series en general), y digo que me encantan porque son los mismos que ven normal y hasta bromean con niños chiquitos preguntando si tal o cual compañerita es su novia y viceversa.
Vivimos en una sociedad que sexualiza a los niños incluso antes de nacer dependiendo de sus genitales. Un bebé que aún es incapaz de sostenerse en pie, de hablar e incluso de razonar lleva ropita de un color u otro y se le asigna un género. Cuando van creciendo se les va guiando para que sus respuestas sean acordes con la idea de lo que es «ser hombre» o «ser mujer» y los ejemplos que ven en las caricaturas/series corresponden a estos mismos constructos sociales. Así es como los niños empiezan a hacerse una idea de lo que es o no «normal». El quién te atrae forma parte de esta educación: a los niños se les enseña desde pequeños que lo que es normal y está bien es que te atraiga alguien del género contrario, y nada más. De esta forma son adoctrinados desde pequeños, no son criados para ser quien pueden llegar a ser independientemente de su género: son criados para responder a lo que la sociedad espera de ellos con base en el mismo.
Por eso es que los miembros de la comunidad buscamos, queremos y exigimos más representación en los medios. Siempre hemos estado aquí, y siempre hemos sido así, porque por más golpes de pecho que se den: es natural. Lo que queremos lograr con la representación es que además de natural sea normal, es decir, que todo niño crezca sabiendo que está bien y sea capaz de alcanzar su potencial sin llenarse de prejuicios por la persona a quién ama o por su identidad de género.
Así que esta ocasión les traigo unas cuantas recomendaciones especiales para el mes.
But I’m a cheerleader
Esta es un de mis favoritas porque es una comedia romántica, es decir es una historia de éxito. Existe mucho cine queer que tiende a ser doloroso, es un cine muy importante, representa todo lo que la comunidad ha sufrido y sigue sufriendo, así que es bueno que esté ahí. Nos ayuda a abrirle los ojos a los demás, pero nos hace falta igual más material esperanzador y «But I’m a cheerleader» es una de esas joyas.
La protagonista es enviada a un centro de conversión por sus familiares, quienes son los que la sacan del clóset. Ella al principio niega su homosexualidad incluso para sí misma, y el hecho de que se de cuenta y se acepte estando en el campamento es verdaderamente genial. El humor de la película es muy bueno y realmente vale mucho la pena.
Tales from the closet
Tristemente para esta recomendación deben saber inglés *sighs*, es un podcast/vodcast llevado por Ally Beardsley, que surge del canal de Youtube College Humor –un canal de comedia altamente feminista y LGBTTTIQ–.
Ally, quién está haciendo el proceso de transición, invita a personas del medio artístico en el que se desenvuelve y que son parte de la comunidad, como el nombre lo menciona, hablan del periodo de tiempo en el que estuvieron en el clóset y cuentan anécdotas al respecto. También cuentan cómo fue su proceso de salida y sobre cuestiones de género. Cada capítulo tiene una palabra o término clave que es un estereotipo y es un tema que discuten ampliamente y al final responden preguntas. Es un show ameno, en el que como oyente te identificas y muchas veces terminas entendiendo o viendo cosas que no habías notado desde la letra a la que perteneces en el espectro.
Fun home
Este es un cómic maravilloso de Alison Bechdel (creadora de una tira llamada «dos lesbianas de cuidado que tristemente aún no leo y del test Bechdel). Es de tinte autobiográfico y en el habla de su relación con su padre y de sus memorias de infancia. Bechdel crece en un pueblo pequeño de Estados Unidos, el negocio familiar es una funeraria y vive en una casa antigua que su padre restaura. Al mirar su pasado analiza cosas que no había tenido en cuenta y por eso todo comienza a encajar, y es que cuando era niña no sabía que su padre también era homosexual. Es una obra muy íntima y a la vez impresionante.
Para no excederme tanto y quedarme sin recomendaciones aquí pararé. Espero alguna sea de su agrado y espero que cada vez exista más contenido realista: porque los miembros de la comunidad somos una realidad, estamos aquí y aquí seguiremos.

Feministas haciendo contenido. Escucha nuestro podcast: Lo que callamos las Violetas.