Resumen:  La pornografía es un concepto y, en muchas ocasiones, un hábito que nos acompaña durante nuestra vida; numerosos hombres y mujeres la ven aunque pocos se atreven a admitirlo. Es tan popular porque deriva del morbo y el erotismo, sin embargo, según opinión de las mujeres no es suficiente para excitarlas ya que la pornografía convencional se basa sólo en la visión y deseos del hombre, convirtiendo a la mujer en un objeto. Aún cuando esta pornografía es violenta, es increíblemente popular dentro del público masculino, ¿basará sus películas sólo en el erotismo masculino o intentará inculcarle un erotismo machista? Existe la contra parte de esta pornografía convencional que busca la equidad de erotismos masculino y femenino. Las diferencias entre éstas es la violencia misma.

Se dice que mujeres y hombres somos diferentes en el aspecto biológico. Y sí, lo somos. Tan simple como decir que machos son aquellos que nacen con pene y las hembras con vagina. Somos diferentes, pensamos diferente y, por tanto, nos excitamos de distintas formas; no sólo porque tiene algo que ver con nuestro sexo, sino porque todas las personas son diferentes. Al ser así, ¿qué es aquello que nos lleva a la excitación? El erotismo. Y si somos tan distintos, ¿sería justo decir que el erotismo en ambos también lo es? Primero hay que definir erotismo. Éste viene de eros[1], el dios del amor y el deseo, y tiene relación con la sensualidad, la sexualidad, el deseo sexual, el amor apasionado y la atracción; pero también tiene que ver con la potencialidad del acto sexual, eso que transcurre entre el deseo y la satisfacción, así como la representación de forma lingüística y visual. Esto significa que todo aquello que tenga que ver con la imaginación, las pausas durante el acto y los juegos sexuales —por ejemplo: los sueños, las novelas, la pornografía, las cantos, la poesía e incluso los dibujos, el hentai y los comics pornográficos—, son parte del erotismo.

Ahora bien, regresando a la pregunta. La respuesta es: probablemente sí. Sobre todo si hablamos de sexo cerebral, que se refiere a las diferencias neuronales anatómicas y funcionales entre el cerebro de un hombre y una mujer. Por tanto, si hablamos biológica y cerebralmente, el erotismo de los machos y el de las hembras tendrán una tendencia a ser diferentes. Pero ¿cómo saberlo?, ¿cómo y dónde podemos ver estas diferencias? Una manera de lograrlo es acudiendo a la pornografía.

Del griego prone que significa esclava o prostituta,  de graphos que significa representación, escritura, descripción[2]; definimos que la pornografía es la representación o descripción de la esclavitud sexual y la prostitución. Uno puede pensar, y acertaría hasta cierto punto, que la pornografía está directamente ligada al erotismo del macho. Pero, ¿qué clase de erotismo es este? Después de mirar muchos y variados vídeos de distintas temáticas, puedo concluir que se trata de un erotismo visual, donde la mujer es un objeto de deseo —es decir, se quitan todos los aspectos de personalidad y quedan simplemente los aspectos sexuales y de belleza física[3]— mayormente pasivo, se deja dominar por el macho y donde mayormente exhibe su cuerpo desnudo como una mercancía. El hombre buscará saciar su placer en ella y a ella le gustará, no importando si esto es consensuado o la representación de una violación. Incluso, cuando tienen relaciones sexuales lésbicas, las mujeres se enfocan en la cámara y en cómo esa visión es sexy y provocativa y eso parece ser el verdadero placer, no el disfrute del acto. ¿Para quién es esta visión? Para el espectador, claro. Pero, ¿quién es su audiencia? Una chica entrevistada opina:

El hecho de que universalmente se haya establecido que las mujeres no vemos o debemos ver porno te habla suficiente de para quién se encuentra dirigido 999 veces de cada 1000 (Anónima. 2016).

Podríamos decir que la audiencia es mayormente masculina en opinión de esta entrevistada. Y llevaría mucha razón los actores fornican ante la cámara para placer del público, como hemos dicho, pero sobre todo para disfrute del público masculino, que es el que frecuenta de modo abrumadoramente mayoritario las salas X[4]. Las tomas y los enfoques son principalmente hacia las mujeres. El trasero, los pechos, la vulva, la cara sólo es visible si ésta tiene una expresión de placer. Placer al mamar un miembro, al ser penetrada, cuando el hombre juega con sus pechos o cuando es admirada, cuando el varón le da nalgadas o le manosea descaradamente el trasero cuando ella se monta en él. Ella no acaricia, mama o besa más que el miembro, él se enfoca en pechos, vulva y el trasero; como si no existieran más zonas erógenas que éstas.

Ellas se entregan al macho dominante ante la menor provocación, porque él es atractivo, bien dotado, activo y está totalmente dispuesto. Convirtiéndola en objeto y no sujeto. ¿Esto es realmente erotismo masculino o simplemente es el erotismo que la pornografía quiere imponer como masculino? Erotismo masculino es visual, sí; el erotismo masculino es dominación y violencia, no; eso sería una visión machista-erótica.

Y ante todo esto, ¿dónde se encuentra el erotismo femenino en la pornografía a la que la sociedad consideraría «normal» o «común»? No hay, no se toma en cuenta que una mujer no disfrute con eso porque ¿qué puede ser más erótico que el macho dominante penetrando al objeto sexual sumiso cuando quiera, donde quiera y sin importar lo que haga y lo violento que sea, ella lo disfrutará? No, no es así. Una de las mujeres a las que entrevisté, quien pidió que no se pusiera su nombre, para este trabajo dice:

La verdad es que un 90% de las veces es más enfocado hacia el público masculino, y no es que no sea disfrutable, pero te das cuenta de inmediato cuando es dedicada a los hombres porque las «viejas» no dejan de gritar y gemir falsamente o sobre exageradamente. Aunque sí hay una o dos páginas dedicadas más al público femenino, y se nota mucho la diferencia del enfoque, porque a pesar de que no hay tantos gritos o caras de miedo —y es que de pronto ponen cada cara—, son sitios mucho más eróticos. Es más como si la pornografía enfocada a los hombres buscara cómo hacer que ellos se sientan súper-machos; y la que va dirigida a las mujeres simplemente se enfoca más en el momento en sí, sin andarlo adornando. Es más natural. (Anónima. 2016).

¿Pornografía dirigida a las mujeres? Parece una locura, que no podría haber otro tipo de pornografía, pero no lo es. A pesar de que existe una gran discusión sobre si es posible o no que el porno sea feminista, el término y las primeras películas existieron desde 1980, durante la segunda oleada del feminismo. Increíble, pero muchísimas personas no tienen ni idea de que existe. No fue hasta el 2006 que la asociación de pornografía feminista obtuvo el Premio a la Pornografía Feminista, instaurado por la tienda de artículos eróticos Good for Her, que tuvo un real reconocimiento y comenzó a extenderse a cada vez más personas por su variedad, su erotismo más amplio, no sólo visual, y su sensibilidad hacia la mujer. Es decir, que esta pornografía no requiere de dominación masculina o femenina, sino que busca equilibrar la relación, más asentada al mundo real. Aunque existen personas que no piensan así, dice un entrevistado que erotismo y pornografía son dos conceptos diferentes:

Creo que el erotismo tiene más que ver con el amor y sí, igual con el acto sexual pero de manera más natural, más sincera; incluso es considerada arte. En cambio, la pornografía es algo explícito, sin emoción, exagerado, como lo dicen; sólo es ver el acto, no hay emociones. Aunque  el erotismo y el porno están en un hilo muy delgado; no sabes a veces dónde termina  uno y dónde empieza el otro. En el erotismo se admira la belleza de ambos cuerpos en cualquier sentido. En el porno no, sólo las partes sexuales. Es cierto lo de los vídeos:  una mujer no hace «eso» siempre, ya se ha dicho mucho de que: sí, gimen pero no es a cada rato o sólo lo hacen para mantener a su pareja excitada, pues el sonido también hace que el hombre se emocione, por más extraño que sea. (Anónimo. 2016)

A este Anónimo también se le preguntó sobre si conocía la pornografía feminista y comentó que era posible que existiera pero que no había visto algo así y que seguramente no debe ser tan diferente sólo que es enfocado en la mujer. Así es como es percibido el porno feminista, como pornografía para las mujeres, igual que la entrevistada anterior. Me atrevería a decir que no se tiene claro el concepto de lo que es feminismo. Sólo habría que echar un vistazo a internet donde se define al feminismo como igual al machismo o como feminazismo, comparando al movimiento con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Se tendría que acudir a una clase de Historia de la Sexualidad y Género con la profesora Georgina Rosado Rosado para saber que el feminismo no es nada de esto; de hecho, ni siquiera debería ser visto como un bloque, sino como un árbol que extiende sus ramas.

De esta manera, encontramos conceptos como: feminismo de la diversidad, feminismo capitalista, hembrismo o feminismo extremista, feminismo socialista, y otras variantes. Tomaré el primero para poder hacer este estudio. Según lo aprendido con la profesora, el feminismo de la diversidad ve a LAS, plural, mujeres en múltiples situaciones, y roles, y ve a la ideología machista (OJO: no, hombres. Ideología machista) como un obstáculo para combatir la violencia de género, la equidad de derechos, oportunidades y obligaciones y el respeto a la diversidad sexual. Esto afecta tanto a hombres como mujeres. Así que, con el diálogo y la discusión, busca diseñar estrategias para llevar a una sociedad más equitativa, con diversidad y pluralidad cultural. Entendiendo esto, la pornografía feminista vendría siendo una que erradique la visión machista-erótica de la pornografía convencional, e implementando no sólo el erotismo masculino sino también el femenino. Para aclarar este aspecto, se le preguntó también a otras personas cómo definirían erotismo femenino, ambas de estas respuestas citadas son dadas por hombres:

F: Para mí, el erotismo es la muestra de belleza de ambos cuerpos. Creo que ahí no hay género pero me imagino que no debe ser muy diferente al del hombre si quieres catalogarlo en un género. (F. 2016)

Al: Erotismo específico para el público feminista. (Al. 2016)

El erotismo femenino tiene que ver con los sentidos, no sólo el visual y el auditivo, sino con todos ellos, completos: tacto, vista, gusto, oído y olfato. Caricias, susurros, disfraces, fresas y chocolate, perfumes… Es así, que el erotismo femenino en la pornografía feminista no es sólo ver cómo se tienen relaciones sexuales – enfocarse en la penetración, en los pechos, en el trasero y el falo del hombre -, tampoco quiere decir que esto no sea del todo disfrutable, pero no es suficiente muchas veces. Así le dijo una Fan a Aurora Snow, una actriz porno que ha protagonizado más de cien películas pornográficas, según un artículo de la revista en línea El Confidencial:

«Lo menos atractivo del porno son las mujeres”, le explicó en una ocasión una fan a Snow. “¿Pelo falso, tetas falsas, gemidos falsos? ¡No, gracias! ¿Cómo puedo ponerme en su lugar si no me gusta?»[5]

Las mujeres del público no se identifican con la mujer objeto de la pornografía. Se necesita más, no sólo el elemento visual, sino esa identificación, algo más que sólo la visión del coito. El erotismo femenino va más allá que sólo el disfrutar del momento del acto, sino el disfrute del momento en sí; explorar y explotar los sentidos, como dice Florence Thomas en un artículo de la Revista Universidad Nacional:

Amamos su sexo porque nos pide toda nuestra atención, nos hace tomar conciencia de nuestra otra forma de habitar el mundo a través no sólo del verbo sino sobre todo del ver, tocar y saborear; porque a través de su tibieza, de su sabor atierra salada, tierra-mar, de su textura movible, elástica y sorprendente, sentimos que existimos por fuera de los límites del saber clásico o formal, dejándonos aprehender toda la inmensidad de nuestras posibilidades de vida. (Vol. 6, No. 23. (enero-marzo 1990). P.26)

Esto es lo que intenta abordar la pornografía feminista. Explorar todos los sentidos desde distintos ángulos, tomando en cuenta ambos erotismos, para que las mujeres puedan identificarse con las situaciones, las actrices y el disfrute de ellas, y para que los hombres también cuenten con ese erotismo visual pero que ya no pone a la mujer como un objeto sexual al cual el macho domina y en el cual debe depositar su placer, sino como un sujeto con el cual compartir su placer. La pornografía feminista se asienta en un contexto más natural, real y posible, siempre actuado pero sin la exageración del porno convencional; y ya que éste segundo les baja la libido en muchas ocasiones a las mujeres, las lleva a inclinarse por otros tipos de pornografía, no siempre feminista, así como lo menciona en otro artículo también en la revista El Confidencial:

Varias mujeres nos cuentan que ven otros productos audiovisuales por motivos eróticos, fenómeno que parece afectar menos a los hombres. Ven series o van a conciertos porque los protagonistas les parecen atractivos: «Yo veía una serie, ‘Queer as folk’, donde había relaciones románticas entre chicos homosexuales, solo por las imágenes. La trama, bueno… como la de cualquier serie femenina de las que no veo. Me pone mucho más todo lo gay masculino que lo hetero, porque no me identifico con las mujeres de la ficción. Con ellos sí, porque les gustan los chicos y se lían con ellos».[6]

Y es que la pornografía gay difiere mucho de la pornografía «convencional», y no me refiero a que porque uno es homo y el otro hetero. Sino que en este tipo de vídeos los hombres pueden ser sujeto y objeto a la vez, pueden intercambiar los roles o no, dependiendo de la temática. De la misma manera que dejan ser un simple instrumento intercambiable, es decir, cuando un hombre aparece en una película pornográfica es simplemente una vía para llegar a la mujer-objeto de deseo; esto lo convierte en un sujeto-instrumento. No ahondaré en la pornografía gay, sino en este sujeto-instrumento y en la mujer-objeto.

Casi no se habla de este hombre-sujeto-instrumento, pocas veces se enfoca en cámara, menos cuando éste eyacula, y según palabras de un hombre cuando se le hizo esta preguntas:

Algunas sí lo hacen, pero sucede que el mayor porcentaje de personas que vemos estas películas es el masculino y se enfoca a nosotros como auditorio, obvio la cara de los hombres es lo que menos nos interesa. Desafortunadamente (para las mujeres) es cuestión en cierta forma de discriminación y estudio de mercado. (Martín. 2016)

En cambio, una mujer dijo:

La cámara es masculina, como planteó otra respuesta, porque está interesada en mirar el mundo desde un punto de vista masculino. En la pornografía heterosexual, generalmente, lo que se muestra se muestra con el objetivo de hacer énfasis en aquello que el hombre provoca en el mundo, en su status como agente activo.  Por eso se muestran sus genitales en acción y el pene erecto o eyaculando. Ahí está su poder, en su capacidad de hacer algo en relación al mundo que lo rodea, sobre todo en cuanto al placer que él puede provocar en la/s mujer/es con quien/es está. De la mujer lo que importa es cómo es afectada por el poder del varón: es por eso que la cámara pornográfica se deleita tanto en mostrar su cara orgásmica. (Ale. 2016)

Y en realidad el poder del varón está muy ligado a esta pornografía convencional con un erotismo masculino-violento. La cara del varón no se enfoca porque a los hombres no les interesa ver la cara del actor, ya que ellos como espectador, como hombres heterosexuales, no están nada interesados en la expresión del orgasmo masculino, importa la cara de placer de la mujer cuando él llega al orgasmo, si ella llega o no es ambiguo, y una de las formas más comunes que tiene el porno para mostrarlo es cuando el hombre, casi siempre sin rostro durante el acto y sin voz, eyacula en la cara de la mujer, ésta con expresión de éxtasis. Pero el semen sobre el rostro femenino, que la mayor parte de actrices confiesan detestar, además de verificar para el mirón la autenticidad de la eyaculación masculina, implica un mancillamiento simbólico del sujeto poseído por medio de una marca visible de posesión y de dominio. Viene a constituir una marca del macho sobre la parte más expresiva y emocional del cuerpo de la hembra dominada y poseída por él[7]Tenemos, pues, que al «mirón», como lo llama, no le interesa el actor, sino la dominación de la mujer y saciar sus deseos en ella; el hombre es un simple medio en el cual el espectador se desdobla, dejando al actor en un segundo plano donde no importa quién es.

Este es otro tipo de violencia que, al mismo tiempo y de cierta manera, los «protege» y los hace más duraderos en su carrera, a veces los hace más icónicos gracias a cierta parte de su cuerpo. ¿Cómo puede ser? Según Gubern, es por la obsolescencia consumista, los espectadores consumen la imagen de la mujer hasta hacerla un ícono mundial en poco tiempo, y en esta sociedad machista es como «marcarse». En el sentido donde su fama significa ser un simple objeto deseado, es decir, la actriz puede haber estudiado una licenciatura o más de una, como Laurie Wallace[8], incluso diplomados y dirigido empresas, como la actriz Shy Love[9], y algunas incluso aprovecharon su fama para lanzar sus productos al salirse de la industria, como Sasha Grey[10]. Pero nadie las recuerda por sus logros académicos o profesionales, sino por sus películas.

En cambio, los actores son hasta bien vistos por el público, muchos hombres admiten querer trabajar en esta industria y piensan que los actores son suertudos, llevo escuchando este discurso por parte de  varios amigos desde la secundaria. ¿Qué hombre no conoció y admiró a John Sins? El famoso actor que se le reconoce por su calvicie y su aparición en más de 500 películas de la industria pornográfica Brazzers. Si bien a él tampoco se le recuerda como un gran erudito, se le conoce como, y se me disculpará la expresión, un chingón. La diferencia está en las categorías de mujer-objeto y hombre-sujeto, y en la visión machista de la mujer-puta y el hombre-macho.

¿Cómo puede una industria que hace pornografía (convencional) violenta, tanto para hombres ignorados e intercambiables como para mujeres simples objetos, ser tan famosa?, ¿será que al público le guste de verdad o es lo que se le ha inculcado para que le guste y consuma? Si regresamos las páginas, podríamos decir que es más una inclinación, sobre todo para el consumidor varón. La industria del porno feminista intenta con todos sus recursos reeducar a la sociedad para consumir un porno más equitativo y sin violencia. Reivindicar ambos erotismos, masculino (visual) y femenino (sensorial), y construir una industria que no sea «para hombres» o «para mujeres», sino «para personas», y donde los actores puedan ser sujetos y no objetos, no sean intercambiables y la violencia hacia ambos se termine. Faltaría simplemente analizarlo, difundirlo y apoyarlo.

 

Bibliografía:

Morris, Desmond. (septiembre de 1987). The Illustrated Naked Ape: A Zoologist’s Study of the Human Animal. Revisión de Janet Dunaif-Hattis. American Anthropologist 89.

Ronald Collins y David Skober. (abril 1994). The Pornographic State (El Estado Pornográfico). Harvard Law Review. Vol. 17, No. 6 citado en: Derecho y pornografía. 1997. Catherine A. MacKinnon, Richard Posner. Bogotá, Colombia: Siglo del Hombre Editores/Universidad de los Andes.

Gómez Quintal, Rosa María. 2003. Antología de Etimologías Griegas. Mérida, Yucatán, México: Centro Universitario Montejo.

Bartky, Sandra Lee. 1990. Femininity and Domination: Studies in the Phenomenology of Oppression. Londres, Inglaterra: Routledge.

Gubern, Roman. 2004. La imagen pornográfica y otras perversiones ópticas. Barcelona, España: Editorial Anagrama.

Thomas Florence. (enero-marzo 1990). Amor, sexualidad y erotismo femenino. Revista de la Universidad Nacional .Vol. 6, No. 23. Bogotá, Colombia: Ecoe Ediciones.

Barnés, Héctor. ¿Les gusta a las mujeres el porno? Sí, y estas son sus preferencias. El Confidencial [en línea]. 27 de marzo de 2014. [fecha de consulta 28 Octubre 2016]. Disponible en: < http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-03-27/les-gusta-a-las-mujeres-el-porno-si-y-estas-son-sus-preferencias_107071/ >.

Martínez, Raquel. Por qué las mujeres ven porno (cuando sus parejas no están en casa). El Confidencial [en línea]. 21 de septiembre de 2016. [fecha de consulta] 28 Octubre 2016]. Disponible en: < http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-09-21/por-que-tu-mujer-ve-porno-cuando-no-estas-en-casa_1262946/ >

 

 

[1] Gómez Quintal, Rosa María. 2003. P.30

[2] Gómez Quintal, Rosa María. 2003. P.13

[3] Bartky, Sandra Lee. 1990. P.26.

[4] Gubern, Roman. 2004. P. 19.

[5] Barnés, Héctor. ¿Les gusta a las mujeres el porno? Sí, y estas son sus preferencias. Marzo 2014.

[6] Márquez Raquel. Por qué las mujeres ven porno (cuando sus parejas no están en casa). Septiembre 2016

[7] Gubern, Roman. 2004. P.21.

[8] Estudió en la Universidad de Loyola, donde se sacó una doble licenciatura Suma Cum Laude en Filología Alemana y Ciencias Políticas;  años después estudió Derecho en la George Washington University.

[9] Licenciada en económicas, con un máster en contabilidad y otro en tasación para llegar al sector de contabilidad pública. Dirigió una empresa farmacéutica especializada en medicamentos para mascotas y actualmente posee su propia agencia de managers.

[10] Antes una conocidísima actriz porno por sus felaciones y atrevidas películas, ha trabajado también como modelo, autora y en la industria de la música.

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