Nuestra historia
Jess
Cada vez que nos preguntan cómo nació Somos Violetas siempre respondemos que gracias a Cosmopolitan: nuestra mayor inspiración de lo que no tiene que hacer una revista para mujeres. Nos burlábamos de sus artículos que eran bastante ridículos pero también nos enojábamos porque eran textos que no nos aportaron absolutamente nada.
En este punto empiezas a reflexionar, te das cuenta que ya maduraste y por lo tanto, tienes otros intereses que publicaciones importantes que son para mujeres como Cosmo, Vogue, entre otras, no están cubriendo. Y es parte del proceso de deconstrucción, creo que ser feminista sí es muy difícil porque te cuestionas miles de cosas todos los días, todo el tiempo y necesitas a alguien con quien platicar de estos temas que te están dando vueltas en la cabeza.
Afortunadamente Carol y yo nos conocemos desde la prepa y nos tuvimos la una a la otra para platicar y apoyarnos, pero, ¿qué pasa con las chicas que se sienten solas, les da pena o sienten vergüenza de preguntar sobre lo que les preocupa? ya sea sobre su vida sexual, sobre sus parejas, sobre el trabajo, problemas emocionales, etcétera, porque si algo nos han dicho a las mujeres desde que nacemos es que nos tenemos que quedar calladas siempre. Además nos han impuesto un modelo de mujer que debemos seguir, tenemos que cumplir con ciertos requisitos, ¿y cuales son los más importantes? 1) nos tenemos que casar y 2) tenemos que tener hijos. ¿Pero que creen? No es obligación cumplirlos, ni siquiera es un acto de rebeldía, simplemente tenemos un plan de vida que no va de acuerdo a lo que establece el orden social y no por eso somos menos mujeres ni menos valiosas. Buscamos que la sociedad logre entenderlo y aceptarlo.
Siempre hacíamos la broma de “¿y si tuviéramos nuestra propia revista?” “y si pudiéramos propagar el feminismo de una manera divertida. no tan académica (a pesar de que ella es comunicóloga y yo literata), contar nuestras experiencias, alentar a otras mujeres a que alcen la voz, que cuestionen ese modelo de mujer que nos han impuesto” y sobre todo, que no caigan ante la presión social. No importa que tengas a tu tías a tu lado diciéndote todo el tiempo: dónde está el novio, cuando te casas, para cuando los hijos… NUNCA, nunca cedan ante la presión social. Y bueno, un día nos reunimos en un café, pagamos 500 pesos por un dominio y creamos Somos Violetas para hacer ruido, para hacernos escuchar.
Desde el inicio nuestro objetivo ha sido acercar a la sociedad al feminismo de una manera dinámica y sencilla para romper con el estigma de que este movimiento es exclusivo para las mujeres. No lo es, todos son bienvenidos, todos podemos participar, todos podemos aprender, lo necesitamos, necesitamos más aliados, más empatía con el movimiento feminista.
Me acuerdo que nuestra primera publicación de facebook decía algo como “todo es risa y diversión hasta que te tienes que poner el óvulo antes de dormir” haciendo referencia a una infección vaginal, el punto es que si tu dices que tienes una infección ahí abajo dejas de ser una niña bien y se te aparece tu mamá con el rosario en la mano porque tuviste relaciones sexuales, “¿cómo pudo pasar esta tragedia?” Y claro que no, es una idea totalmente errónea. Puedes tener una infección por otras razones, no solo por el sexo, por eso es tan importante informarse, romper con todos esos estigmas y tabúes que nos han hecho la vida imposible. De eso se trata Somos Violetas de hablar de todos estos temas que necesitan ser expuestos con urgencia.
Aporte al tema
Carol
Parte de lo que hace especial a los Beat Nights es que es un espacio para que podamos compartir nuestras experiencias y nos acompañemos en este proceso de supervivencia ya sea como emprendedores, creativos o jóvenes que están tratando de hacer algo. En nuestro caso creo que nos costó un poco aterrizar cuál sería nuestro aporte en este espacio porque como dice Jess, el objetivo de Somos Violetas es el de iniciar conversaciones sobre temas relevantes para las mujeres con un enfoque feminista y de género. Y la realidad es que la palabra feminista o feminismo aún sigue teniendo un connotación negativa. Si bien es cierto que muchas y muchos están en este proceso de deconstrucción, la realidad es que cuando salimos de nuestra burbuja de aliados nos topamos con que muchas personas todavía no entienden los conceptos más básicos del movimiento y no es la gran ciencia, pero sí requiere de una cantidad enorme de introspección y de cuestionar todo lo que has aprendido durante toda tu vida. Aún así creo que si la gente puede entender con precisión todo lo que sucede en Game of Thrones, el feminismo es pan comido.
Sé que todos los hombres y en especial las mujeres tienen experiencias diferentes y a veces las generalizaciones pueden ofenderles porque no se ven reflejados en ellas, sin embargo, la realidad es que el patriarcado no es un pretexto que nos encante usar y mencionar cada 5 minutos para hacernos las víctimas. Es una estructura tan inmersa en nuestra cultura que a veces no nos damos cuenta que vivimos y actuamos de acuerdo a ella. Les comento todo esto porque durante este camino que hemos recorrido como creadoras y emprendedoras aún nos sigue costando creer en nuestro trabajo, aún cuando sabemos que lo que estamos haciendo va por buen camino. Creo que como mujeres se nos ha enseñado a complacer a otros y a pedir permiso, tampoco nos ayuda mucho que sigamos menospreciando la labor y sobretodo la creativa que hacen las mujeres.
Muchas veces vemos los contenidos creados por y para mujeres como algo “no tan importante” o “no tan serio” y peor aún si es rosita y brilla; los clasificamos como exclusivos para nosotras como si no tuviesen otro aporte (o nada que decir) que el de entretenernos, y aún cuando estos sean obras de arte siempre los hacemos a un lado por no satisfacer esta idea de superioridad intelectual. Legalmente rubia y Chicas pesadas son comedias brillantes que se enfocan y son protagonizadas por mujeres con problemáticas (aunque no lo crean) reales, y aún así las seguimos haciendo de menos, (algunos no todos).
Y es que uno de los retos de ser mujer y emprender o crear es el de tener que enfrentarte a cosas que son tan normalizadas que ya las vemos como parte del día a día, y que el miedo a ser tachadas de locas, exageradas, a perder nuestro trabajo o posibles relaciones laborales, el miedo a cómo nos van a percibir los demás: como mamonas, o fresas o “difíciles para trabajar”, histéricas, etcétera, nos hacen guardarnos nuestros sentimientos como si no pasara nada aunque en el fondo sabemos que si fuera al revés y en vez de nosotras hubiese un hombre, las cosas serían diferentes.
Sé cómo suena y sé lo que posiblemente están pensando, aquí viene la feminista a arruinarlo todo, no negamos que los hombres también presenten dudas, miedos o inseguridades pero ¿alguna vez han experimentado ese molesto mansplaining / machi-explicación?
Hemos conocido a mujeres talentosas que no creen en su trabajo porque no forman parte de esos círculos intelectuales o no han recibido una validación de estos, no se vayan lejos, hace dos años no tenía idea de quién era Elena Garro, y hasta el día de hoy la gente la sigue percibiendo como la esposa de Octavio Paz, en vez de la creadora del realismo mágico.
Jess y yo escogimos las redes sociales virtuales para poder hacer nuestro proyecto porque estamos familiarizadas con éstas, sabemos los alcances y las limitaciones que pueden tener y al mismo tiempo conocemos el tipo de gente y comentarios que nuestro contenido puede atraer a ellas. Cuando nos insultan, no nos dicen “pinches pendejas”, nos dicen “pinches pendejas putas ojalá las violen y las maten” (por citar algún ejemplo).
Creo que si algo hemos aprendido en este proceso es a no dejar que nos afecte todo el odio misógino que recibimos. En una ocasión tuve que desactivar mis notificaciones en el celular porque hice un spoiler a una amiga sobre Infinity Wars en media pelea con un machitroll. Los temas que abordamos son temas importantes a los que nosotras nunca tuvimos acceso: el aborto, la masturbación (tengo 25 años y aún me da pena decir la palabra en público o hablarlo con mis amigos) pero creemos que estamos cada vez más cerca al hacer memes y chistes sobre temas que se nos han enseñado a ver como súper tabúes cuando son el pan de cada día de las mujeres como el fetito ingeniero o las relaciones tóxicas.
Lo que todo joven debería evitar
Jess
Cuando inicias un proyecto, cualquier tipo de proyecto, creo que son importantes dos cosas que no debes de hacer. La primera es NO procrastinar. Carol y yo nos declaramos culpables de haber comprado el dominio de la página web en diciembre de 2015 y empezar Somos Violetas hasta septiembre del 2016. No hicimos nada durante casi un año y de repente, en una semana, escribimos la primera convocatoria, Carol hizo el diseño, creamos la página de facebook, twitter, instagram, publicamos la convocatoria y le terminamos de dar forma a la página web. En una semana. Lo impactante de todo esto es que la convocatoria tuvo buena respuesta, se compartió como unas 50 o 60 veces y desde el primer día nos enviaron un texto; celebramos la llegada de esa colaboración como si nos hubiéramos ganado el premio Pulitzer, fue increíble.
Entonces, desde nuestra experiencia les puedo decir que si ya tienen la idea, pónganse una fecha límite (que no sea una año obviamente), no dejen pasar el tiempo. Comprométanse con su proyecto, esta es la era de las redes sociales, hay miles de herramientas para que puedan promocionarlo y darlo a conocer. Sí, sí se puede. Y lo necesitamos, necesitamos sus ideas, necesitamos más voces, necesitamos más proyectos sociales que hagan surgir importantes comunidades, en Somos Violetas ya somos más de 10 mil. Y es un orgullo decirlo. La clave es emocionarse, sentir pasión por lo que quieres construir.
El segundo punto es nunca menospreciarse porque nos pasó, lo hemos vivido en varias ocasiones. Un claro ejemplo es cuando te comparas con otros proyectos similares. Colectivos feministas existen muchos, y en particular hay un revista feminista con la que nos comparábamos todo el tiempo que es Malvestida, la directora Ale Higareda es una diseñadora yucateca que admiramos muchísimo, la seguimos desde que vivía en Mérida y tenía su blog, Malvestida empezó como un blog y de verdad su evolución ha sido impresionante. Lo positivo de todo esto es que hay que aprender que las diferencias nos fortalecen y pueden hacer crecer nuestro proyecto.
Lo que todo joven debería experimentar
Carol
Creo que todo joven debería permitirse sentirse orgulloso de su trabajo, darse la oportunidad de exponerlo y que otros lo conozcan. Muchas veces el miedo a lo que los otros dirán de algo que nos costó hacer nos frena y como dice Jess el compararse con otros influye mucho.
Sin embargo, yo creo que no deberíamos temerle a las críticas. Creo que nos hace falta aprender a diferenciar entre alguien que quiere darnos una retroalimentación de alguien que está lanzando mala vibra o se está proyectando en nosotros. También creo que todos deberíamos experimentar en algún punto decir NO. Sé que para las mujeres la noción del no es diferente, parece que decimos a ver convénceme, pero estoy hablando del ámbito laboral. Llega un punto en el que conoces tu trabajo, lo capaz que eres y lo que mereces. Sé que lamentablemente en la industria yucateca muchas personas se aprovechan de la necesidad económica de otras y ofrecen sueldos bajísimos o explotan a sus empleados y no tiene nada de malo decir que sí tampoco. Pero decir NO porque sabes que mereces más, es de las cosas que más gusto me (nos) han dado en la vida. La independencia no es algo que esté ligado a si vives con tus papás o si sigues en un trabajo de oficina. No tienes que viajar para encontrarte a ti mismo, con ir al cine solo o sola, con permitirte disfrutar de ti un ratito a la semana comienzas a apreciarte por quién eres y a valorarte más, y creo que todos deberíamos permitirnos sentirnos orgullosos de quiénes somos y lo que hemos logrado.

Feministas haciendo contenido. Escucha nuestro podcast: Lo que callamos las Violetas.
Bravo. Son muy valientes ambas por hacer algo tan bonito y tan revolucionario como una revista feminista. Ustedes son mi modelo a seguir y quiero seguir apoyándolas. Les quiero mucho.