Contando este sábado, es el tercer día que algunos onvrez llevan llorando porque no fueron invitados a una función sólo para mujeres de la próxima sensación en taquilla y la – can u believe we have to wait so MANY yeaRS–   primera película de acción con un presupuesto de 100 millones de dólares  dirigida por una mujer: Wonder Woman.

Los quejumbrosos señalan que esta función es un atentado contra todo lo que Diana representa. Que si hubiese una función sólo de hombres de Batman v Superman,  las mALdItAs fEMinAZis ya hubiésemos organizado una marcha alrededor del mundo para pelear por nuestra entrada. El cine que se atrevió a crear un espacio seguro para mujeres en una función días después del estreno mundial y con un fin caritativo dirigido a mujeres en posiciones vulnerables, tuvo la audacia de no retractarse de su atrocidad y peor aún de programar una segunda función.

Pero más fue la audacia de los batos que, como buenos menenistas defensores del orden público y las buenas costumbres que son, se hayan atrevido a comprar entradas para la función con el único fin que tiene el patriarcado: de chingar (nos). 

No voy a mentir, entre feministas todavía no nos ponemos muy de acuerdo (porque aunque los onvreZ no nos crean no somos un movimiento heterógeno, único y especial) sobre los espacios exclusivos. Sin embargo la realidad es que estos espacios que promueven la sororidad, y un ambiente libre de  feministos sirven para crear vínculos, compartir experiencias y obvio empoderarnos.

Lo que más da risa del asunto es que los espacios que se consideran exclusivos para mujeres han existido a lo largo del mundo (y de la historia)  y #NoTodosLosHombres han querido ser parte de ellos, como por ejemplo la educación de los hijos, los quehaceres domésticos, la lucha por la equidad de género, o por detener la violencia física, psicológica y sexual que en algunos casos  llevan a la muerte y que en un  95%  de las veces no llega a dar con la justicia en este país.

Lo que más da risa (x2) es que estos, digo ESTAS (con A para que a chumel torres se le bote la ombliga de coraja) screenings sólo para mujeres ya existían; proyectaban historias  protagonizadas, dirigidas y escritas exclusivamente (a veces) por mujeres. Ya saben, las peyorativas chick flicks en donde se nos muestra el camino evolutivo de una mujer, en donde se descubre a sí misma, logra sus metas (y se convierte en un ícono) y why not se enamora de alguien ridículamente guapo y amazinggg todo acompañado de un poco de humor. Historias que los onvrez no están interesados en ver, no como Wonder Woman, un producto dirigido y protagonizado en su mayoría por mujeres que nos narra el camino evolutivo de una mujer en donde se descubre a sí misma, logra sus metas  (y se convierte en un ícono) y why not se enamora de alguien ridículamente guapo y AMAZINGGG todo acompañado de un poco de humor… oigan… KHÉ.

. Entonces, ¿cuál es el problema? Será que Chris Pine en realidad sí es el mejor Chris de todos y ningún complejo de onvre lo puede resistir. ¿???»¡?? O QUIZÁS, es que los onVREZ siguen pensando que la cultura nerd, a la cual pertenece Diana Prince  sigue siendo un espacio exclusivamente para ellos.

 

 

Sólo hace falta ver los miles y miles de memes que acusan a las mujeres de ser posers sólo porque se vistieron de Harley Quinn para Halloween o porque comenzaron a leer cómics después de conocer al Capitán América. O escuchar las ridículas exigencias que algunos tienen para comprobar tu conocimiento sobre el asunto aunque literal trabajes para Marvel y escribas las historias que ellos dicen ser dueños. O del show que hicieron porque Star Trek ahora es protagonizado por dos mujeres de color.

El problema es que los onvrez tienen miedo de «perder» sus espacios exclusivos donde pueden ser racistas, misógenos y violentos sin ser cuestionados porque boys will be boys. Espacios que ni siquiera ellos crearon (hellow, tiene usted tiempo para hablar sobre cómo las mujeres crearon la ciencia ficción o el fandom tal y cómo hoy lo conocemos). El problema es que ahora lAs MaLdiTaS fEmINAzIs quieren ser dueñas de todo, incluso de un personaje que -eXcUsE mE- probablemente es el icono popular más importante que las mujeres pueden tener.

Claro que Diana no es exclusiva de las niñas; ni de las mujeres; ni de las fangirls. Tanto niños como onvrez necesitan estar presentes ante su gloria como una guerrera que no conoce qué es el patriarcado (porque literal vive en un espacio exclusivo, y seguro para mujeres) pero que se enfrenta a él -cuando conoce a un hombre, qué casualidad-, lo cuestiona y lo derrota.

 

 

 

 

 

 

 

Tanto onvrez (y hombres) y mujeres tienen que estar presentes ante el estreno de la primera película de una superheroína (pueden creer que primero nos tuvimos que chutar a Ant-Man, ANT-MAN) protagonizada por una mujer de color cuyas críticas fueron que sus pechos no eran suficientes para ser digna del puesto. 

Todxs tenemos que estar presentes;  pero no tiene nada de malo celebrar que después de mil ocho mil películas de batman  y tres reboots de spiderman, finalmente podremos ver a Diana empoderando a niñas, teniendo mercancía por doquier e incomodando a todo omvre que se atreve a decir que una función exclusiva  es un privilegio que merecen tener cuando llevan SIGLOS excluyéndonos no sólo del entretenimiento sino también de nuestros propios cuerpos. bYE BATOS.

 

 

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