Por Jess Ayala

Recordar es volver a sufrir.

Por eso decidí ver de nuevo Aziz Ansari Live at Madison Square Garden en un domingo solitario y aburrido. La primera vez que lo vi me impactó tanto que lo único que pude hacer al respecto fue sentarme a escribir y tres años después me encuentro haciendo lo mismo. La comedia de Aziz Ansari tiene ese poder: te ríes pero al mismo tiempo te aplicas un examen introspectivo. El texto original es del 2015 y la triste realidad es que mi perspectiva no ha cambiado mucho desde aquél entonces. Hice cambios mínimos y quise compartirlo con la comunidad violeta meramente como un ejercicio para reflexión: ¿cómo tratamos a la gente que nos rodea? ¿cómo nos estamos tratando a nosotras mismas? ¿cómo estamos llevando nuestras relaciones interpersonales en esta era del social media?

Pido disculpas de antemano si este texto les resulta exagerado, pero lo considero necesario, nuevamente como un ejercicio introspectivo. A propósito de Aziz, si no han visto el especial que les comento arriba y Master Of None, este es el momento perfecto. ¿Listas?

Hace unos días vi Aziz Ansari Live at Madison Square Garden en Nextflix, soy fan de su comedia y tenía ganas de reírme un rato por lo que creí que era la mejor opción… no lo fue. El speech de dicho stand up se enfocó en las relaciones humanas y lo jodidas que están gracias a las nuevas tecnologías (¿o a nosotros que no sabemos usarla adecuadamente?), eso todos lo sabemos, pero fue tal el grado de identificación que sentí durante su performance que al final me dejó un mal sabor de boca. Claro que me reí pero por las razones equivocadas. Era reírme o revivir con nostalgia y detalle cada una de las situaciones que me hizo recordar. A propósito de un reciente malentendido que tuve con unos amigos y de ver ese stand up, surge mi necesidad de escribir este texto.

He decidido llamarle «egoísmo posmoderno» porque muy acertadamente el teórico Theodor Adorno vaticinó el caos que existiría por el surgimiento de los mass media, la posmodernidad y la llegada de la tecnología, en oposición a lo que Gianni Vattimo consideraba que sería una “sociedad transparente”. A continuación explicaré lo que he sintetizado como “egoísmo posmoderno” con la ayuda de los chistes de Aziz y experiencias propias.  

El comediante tiene mucha razón cuando dice que «todos somos parte de un grupo de gente muy grosera e impredecible. Si estás vivo y tienes un celular, entonces eres una persona grosera de mierda». ¿Por qué? Te haré una pregunta y responde honestamente:¿Has intentado hacer planes los últimos dos años? ¿Como te ha ido? Es una situación que se ha convertido en algo frustrante. F R U S T R A N T E. Es algo así como:

-¿Podemos vernos?

-MAYBEEEEEEEE, A LO MEJOR, PUEDE SER, TAL VEZ…

Esta persona me gustaba mucho y ese esperado café nunca se concretó.

Se convierte en un juego en el que la primera persona que esté más ocupada o posponga más los planes, gana. Y, si me la aplicas pues yo también te la aplico. Fíjense en lo mucho que tardamos en contestar, en las fechas, a veces yo me esperaba hasta el día siguiente para responder.

Aziz recuerda los tiempos en los que una llamada bastaba para hacer un compromiso. Si la persona con la que saldrías te decía a las “8pm en tal lado” estabas a las 8 en punto en el lugar acordado y si no llegaba, era porque estaba muerto, así es, MORIR era la única manera de cancelar amablemente un plan. ¿Ahora cómo nos cancelan? Una hora antes te escriben un whats y si tienes suerte, te llaman para avisar. THIS SHIT IS REAL.

A veces siento que ya no hay tanta emoción por ver a nuestros amigos. Recuerdo que cuando estaba en la secundaria y me pasaba algo importante (por más cagado que sea) pero no me alcanzaba el crédito para un mensaje de texto tenía que esperar desesperada hasta el día siguiente para contárselo a mis amigas. ¡Existía emoción! Ahora lo primero que hacemos es enviar un mensaje de voz y listo.

Le reclamé a una amiga que siempre me deja en visto ¿y que creen que hizo? ¡POR SUPUESTO! Me dejó en visto… DE NUEVO.

En esta época las relaciones humanas se han convertido en un verdadero v i a c r u c i s. La gente no se compromete a nada y no hablo solo de relaciones amorosas, sino en general. El encuentro cara a cara ha pasado a un segundo plano, porque sabemos todo de todos gracias a nuestras redes.

Cuando alguien nos deja en visto, enloquecemos, me ha pasado que hasta mi mamá me deja en palomita azul y por supuesto que me enoja (nunca te lo perdonaré mamá). Si te gusta alguien, inmediatamente comienza la auto tortura: te haces su amiga en facebook, lo sigues en twitter, instagram y hasta Snapchat. La paranoia se presenta cuando otra mujer le comenta o da like, en fin, te inventas toda una historia inverosímil, te conviertes en algo que no tiene nada que ver contigo y tu forma de ser, pero a ese grado hemos llegado.  

Por otro lado, cuando alguien que NO es de nuestro agrado e interés nos invita a salir ¿qué hacemos? FINGIR ESTAR OCUPADOS TODO EL TIEMPO. Así es, ponemos a prueba a la otra persona a través de un juego psicológico en el que medimos el grado de esperanza que posee. O se cansa o se cansa. Reconozco que han existido diversas ocasiones en las que me he portado no solo grosera, sino como una verdadera idiota, he ignorado sin piedad. (Todos lo hemos hecho, no me dejen sola en esto).

Sin embargo, en mis últimas experiencias he sido lo más directa posible para evitar malentendidos pero claro, no toda la gente es así.

 

Este chico y yo nos gustamos en la prepa, nunca pasó nada pero desde entonces siempre ha sido muy amable conmigo. El año pasado (2014), cuando tuve una contractura en la espalda y me postraron en cama cual Frida Kahlo, publiqué que quería unas lenguas de gato para sobrevivir al dolor… fue el único que me preguntó cómo podía enviarlas a mi casa.

 

Siempre existirán personas que te sacarán de quicio y te harán perder el tiempo, más vale no fiarse de ellos y alejarte lo más pronto que puedas, a menos que sean tus amigos, a ellos perdónalos porque han de estar «ocupados». Para ya no hacer más largo esto, el egoísmo del que hablo se resume en lo siguiente: Nos hemos olvidado del OTRO.  Así de sencillo. Estamos en la era del YO-YO-YO.

Actualmente continuo en conflicto porque soy fan de las redes sociales, trabajo en marketing digital (ironías de la vida) por lo tanto, me encantan. Y claro, me sigo enojando muchísimo cuando la gente me deja en visto. Por mi parte he aprendido a decir «estoy ocupada, te escribo al ratito» y lo hago, les escribo cuando me desocupo. Ojalá fuéramos más amables los unos con los otros, ¿o ustedes qué creen? No me queda más que repetir: pinche Aziz, hubiera visto el roast de Charlie Sheen u otra pendejada.

Uno de mis amigos con el que inevitablemente he perdido contacto, me responde un mes después porque “pensó” que YO no le había respondido.

P.D. Disculpen la intensidad y si creen que exagero ¿me lo harían saber? les agradeceré infinitamente que opinen.

 

 

33 comentarios

  1. Me ocurrió lo mismo con sus stand Up y su serie que no podíar parar de decirselo a mis amistades porque bueno tengo 37 años y pensaba que tal vez esa inmediatez en el contacto es lo que hace que le quitamos el valor a una buena charla, porque estamos rodeados de su información tal como lo comenta Ansari, ya creemos saber de sus vidas por sus publicaciones y perdemos el interés, tal vez ese sea el reto obviar tanta información y vivir el mundo de forma analógica en el tema de relaciones.
    Saludos y me gusta mucho su trabajo.

Deja una respuesta