Por Psicóloga Verónica Anduze

Todo comenzó con un: “había una vez…” por supuesto, en la historia no podía faltar el príncipe que rescata a la princesa y un “vivieron felices por siempre”. Desde pequeñas conocemos estos cuentos de hadas, crecimos con ellos, no es de extrañarse que en la juventud esperemos al príncipe azul y depositemos nuestros sueños e ilusiones en esa persona. Quizá pienses que en la actualidad esas ideas se quedaron en los cuentos, pero ¿qué hay del amor romántico? Ese que te arrebata suspiros o del amor a primera vista que sólo con una mirada sabes que son el uno para el otro. La mercadotecnia y las novelas también han puesto mucho de su parte.

El cerebro es sumamente inteligente y por lo mismo guarda recuerdos, aprendizajes de la infancia y también tiende a repetir ciclos. Los recuerdos de los cuentos de hadas y las historias de amor de película siguen vigentes en nuestros días y a esto se denomina «Amor Romántico». Se trata de creencias basadas en historias fantasiosas, mitos sobre el amor y las relaciones, que se han difundido en la cultura a través de diversos medios de comunicación, por mencionar algunas ideas: querer encontrar la media naranja o querer que la pareja sea perfecta, que tu entorno social gire alrededor de tu pareja, dejando a un lado actividades y pasatiempos individuales.

Creer que la relación tiene que durar para siempre cuando la mayor parte del tiempo mantengan discusiones con gritos e inconformidades. Y a mi mente vienen varios interrogantes:

¿Es acaso tu felicidad responsabilidad de tu pareja? “Me hace tan feliz”

¿Los defectos de tu pareja, desaparecen por arte del amor? “Es que él va a cambiar”

La pareja que eliges influye de manera significativa en tu estado de ánimo, en la toma de decisiones pero al final de cuentas a quien eliges es decisión tuya. Tal vez te haya sucedido o conozcas personas que después de una gran discusión, se reconcilian (o al menos aparentan) con un gran ramo de flores, unas cuantas piezas de joyería, una cena romántica o una noche de pasión desenfrenada. Sin embargo, el motivo de la discusión sigue sin resolverse y no es de extrañarse que este ciclo suceda de nuevo.

Si bien es cierto que nos han enseñado o hemos aprendido a imaginar o vivir momentos románticos, pocos enseñan a vivir un amor sereno, un amor con respeto, con acuerdos en donde ambos miembros de la pareja se sientan a gusto y conformes. Esto no significa que dejen de gustarnos los grandes detalles, simplemente es conveniente fijar la atención y revalorar los puntos que son más importantes para ti en una relación que contribuya para la satisfacción emocional y el crecimiento personal.

Debemos dejar a un lado el amor romántico que todo lo puede y soporta e ir construyendo relaciones equitativas en el apoyo mutuo.


Este día del amor y la amistad deseo para ti NO un amor romántico sino un amor real.

Puedes contactar a la Psicóloga Verónica Anduze vía
Facebook: Psic vero y a través de su correo: psic.vero.anduze@hotmail.com

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